jueves, 24 de enero de 2019

Adolescencia on line

Siempre me dio curiosidad saber como sería ser mamá de una adolescente, siempre pensé que sería una pelea por los chicos, salidas y deseos de ir a fiestas, en fin, un tira y encoje entre mi deseo de mantenerla a salvo y su deseo de explorar el mundo.
Aun espero esas discusiones, pues las que he tenido son todo lo contrario, a mi casa se han metido un montón de personas por la ventana de YouTube, Instagram y otras plataformas, trato de cerrarla pero no puedo, es como un colador intentando atrapar el agua, ellos y ellas llegan de todo el mundo a mi casa, con ideas diferentes, juegan vídeo juegos, minecraft y bailan, pero yo no los veo entrar.
Son demasiados, y mi pequeña los defiende, nada que hacer, solo tratar de darle una sólida formación valórica que le permita definir lo bueno y lo malo desde si misma, también intento ver sus programas, integrarme a medias a su mundo para poder reconocer los monstruos que pueden colarse, buscar que mi "niña rata" salga al mundo antes que la deficiencia de vitamina b12 termine por dañar su salud.
Nada que hacer, busco en blogs de super mamás y me siento como un desastre, luego hablo con mis amigas y veo que no estoy sola, es una lucha colectiva, solo puedo hacer una cosa y es no darme por vencida, tratar de seguirle el ritmo a una preadolescente es difícil, pero lo intento, busco llevarla a talleres, trequin, la típica vuelta en bicicleta y recuerdo a mi propia madre y las madres de mis amigas, quienes tenían su propia lucha, para mantenernos adentro, la mía es para sacarla al mundo, creo que no estamos muy lejos de la vida virtual.
Llegué a un punto en que agradezco que existan los colegios, no solo para que aprenda lo académico, sino para mantener vivo el contacto humano, conocer a otras niñas, hechas de piel y hueso, sin las máscaras de Facebook y otras plataformas, para conocer a otras humanas y humanos en una dimensión diferente del juego on line, en el mundo real.