sábado, 30 de abril de 2016


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Construyendo una educación para la paz en el Chile actual.



“Si las guerras nacen en la mente de los hombres, es en la mente de los hombres donde deben fundarse los baluartes de la paz”. (Artículo 1º de la Constitución de la UNESCO).



Hablar de la paz es hablar de la no violencia y hablar de la educación para la paz, es hablar de una educación para la convivencia pacífica entre seres humanos, seres humanos que, a partir de coincidencias y diferencias, construyen una sociedad que convive usando valores universales como: la tolerancia y el respeto, ejes fundamentales de interacción.

Según la UNESCO (2008) uno de los pilares para medir a los países en cuanto a calidad de la educación, es el respeto al derecho que tienen niños y niñas para vivir en un ambiente libre de violencia, en el que se promueve una educación para la convivencia y la paz. Es por esto que creo que debemos construir una sociedad no violenta a través de valores fundamentales como el respeto y la tolerancia, promovidos por medio de políticas educacionales claras.

 “La educación para la paz no es una opción más dentro del currículum nacional” (Vidanes, 2007), sino, según mi opinión, una necesidad que todos los centros educativos de Chile deben asumir, si su objetivo  es lograr una sociedad en la cual todos sus actores vivan de manera no solo pacífica, sino además, colaborativa. De esta forma, lograremos que derechos fundamentales sean garantizados a todos los ciudadanos, por medio de las leyes nacionales e internacionales,  para poder ser vividos dentro del marco de una sociedad igualitaria.

Sostengo que la escuela es un espacio en dónde se debe dialogar de forma abierta y activa, acerca de temas como los derechos humanos, el respeto por el otro, la solidaridad, la empatía y la convivencia. De esta forma, encontraremos un espacio para hablar de una educación para la paz, una educación que vibra gracias a la vida en comunidad, y no bajo la visión individualista que actualmente parece gobernar el tenor de esta sociedad. Un ejemplo de cómo activar este diálogo en las clases de lenguaje y comunicación, es implementando aulas socráticas en las cuales; por medio de preguntas fundamentales, basadas en un texto, se extrapola el estudio de la propia sociedad con su discusión valórica y ética.

Según el artículo “La formación ciudadana en la escuela: problemas y desafíos” (Muños 2014), la escuela chilena debe desarrollar en el estudiantado “aquellas habilidades y actitudes que les permitan aprender a vivir en sociedad, promoviendo el respeto y la defensa de los derechos humanos (…)” (Muños & Torres, 2014), ¿Pero, nuestro currículum apunta realmente al logro de esta sociedad pacífica y no violenta?

Si bien, las bases curriculares chilenas contienen algunos objetivos que apuntan a la tolerancia y el respeto, el sistema educativo no está logrando formar ciudadanos pacíficos y no violentos, como muestran las estadísticas del SERNAM (2013), estas  indican que el 37 % de las mujeres reconoce haber sufrido violencia por parte de sus parejas, mientras el 79% de los niños plantea haber sufrido algún tipo de maltrato. Estas cifras revelan la necesidad de replantear el sistema educativo en su rol formador de ciudadanos preparados para vivir en una sociedad no violenta, he aquí el desafío de la escuela chilena

Pero… ¿es la escuela la encargada de asumir esta tarea que hasta no hace mucho tiempo asumía el hogar? ¿estará la escuela chilena preparada para asumir este rol? La respuesta no es única, y si bien nadie puede cuestionar el rol formador de la familia, tampoco se puede negar el deber de la escuela en cuanto a formación valórica. Es por esto que yo, como profesora dedicada por una década a la formación de niños y jóvenes, exhorto a los educadores chilenos a trabajar por una educación de calidad que transforme a la sociedad desde sus cimientos y que cuente con políticas educacionales claras y un currículum, aprehendido por el profesorado, que nos lleve a bajar los niveles de violencia que actualmente imperan el Chile.

Según mi punto de vista, pasar de proclamar la necesidad de una educación en derechos humanos a la implementación de la misma, requiere del trabajo enfocado en la tarea didáctica que se lleva a cabo en el aula. Requerimos poner énfasis en el uso de estrategias como el diálogo guiado y la reflexión en torno a videos y textos que guíen al estudiante, hacia la construcción de herramientas para la solución pacífica de conflictos, y a reforzar cualidades como la tolerancia y la empatía durante la clase de orientación.

Según mi experiencia en aula, el desarrollo de una educación en derechos humanos es sostenido por un profesorado que aún no cuenta con las herramientas técnicas en resolución de conflictos, como capacitación en arbitraje pedagógico, la negociación y la mediación entre pares, ni con programas de trabajo específicos que le permitan implementar una educación efectiva en el tema de la educación para la paz, por lo que creo que aún existe una deuda en el tema de la educación para la paz y la no violencia en Chile.

En definitiva, necesitamos una educación para la paz, construida desde las aulas, por medio de una política y un currículum educativo que apunte claramente hacia este objetivo, dotando a los docentes de las herramientas técnicas y didácticas que necesitan, para que la construcción de una educación para la paz sea efectiva en la transformación social y no solo una declaración de nobles intenciones, garantizando el derecho fundamental de niños y niñas de desarrollarse en un ambiente libre de violencia.

Reiteramos, “La educación para la paz ayuda a la persona a develar críticamente la realidad compleja y conflictiva para poder situarse en ella y actuar en consecuencia.” (Vidanés, 2007) es así como, desde la particularidad que supone mi sencilla posición de profesora de años en el aula, una educación para la paz se muestra como indispensable para el actuar diario. Siempre existirá el conflicto y el pensamiento divergente, por lo que no se  trata de eliminarlo en sí mismo, sino de educar personas capaces de resolver esos conflictos de manera pacífica, no violenta y constructiva.


Bibliografía

Muñoz Labraña Carlos & Torres Durán Bastián (2014) La formación ciudadana en la escuela: Problemas y desafíos, Revista electrónica educare. Vol. 18 (2), 1-13.

Sernam (2013) PLAN NACIONAL DE  VIOLENCIA INTRAFAMILIAR EN CHILE  Noviembre 2012– Diciembre 2013, programa Chile acoge, pág. 41 Recuperado de https://www.sernam.cl/descargas/Plan_Nacional_2012-2013.pdf

Unesco, III jornada de cooperación Iberoamericana sobre educación para la paz y la vida democrática en san José de costa Rica Presentación: Matriz de indicadores sobre convivencia democrática y cultura de la paz en la escuela.
CAROLINA HIRMAS Y GLORIA CARRANZA : OREALC/UNESCO Santiago. 24 de noviembre del 2008. Recuperado de http://unesdoc.unesco.org/images/0018/001834/183436s.pdf

Vidanes Diez, Julio (2007) La educación para la paz y la no violencia. Revista Iberoamericana de educación- Experiencias e innovaciones. 42 (2) recuperado de http://www.rieoei.org/experiencias146.htm


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